Más de tres décadas después de comenzar su andadura, Gor Diskak se despide. Patxi Goñi, el último en activo de los tres hermanos Goñi fundadores del sello discográfico, confirma que este otoño finalizará la andadura de la empresa por jubilación. Gracias a ellos, en 32 años de recorrido han visto la luz cientos de discos de gran éxito de grupos como, Urtz, Los del Rayo, Ken 7, Tijuana in Blue, Lendakaris Muertos, La Polla Records, Hertzainak, Berri Txarrak o Kojon Prieto y los Huajolotes.
Tras 32 años, habéis tomado la decisión de despediros, pero ¿cómo fue el comienzo de Gor Diskak?
Empezamos a trabajar en Soñua en 1982. Después, pasamos a Oihuka, que pertenecía a Elkar, y allí trabajamos en muchos discos. En el año 1990-1991 decidimos independizarnos y montar nuestra propia empresa, una Sociedad Anónima Laboral. Era una fórmula que nos gustaba, en la cual todos los que trabajábamos éramos socios de la empresa. Veníamos de hacer discos tan importantes como los primeros de Hertzainak, La Polla Records, Tijuana In Blue, etc. cuando decidimos empezar de cero. En ese momento, se vino con nosotros la banda Los del Rayo de Alsasua y fue la primera referencia con el sello de Gor Diskak.
En más de tres décadas de carrera ha habido muchos cambios de gustos, géneros musicales, incluso en la manera de consumo en la industria musical, como, por ejemplo, la revolución digital. ¿Cómo se gestiona tanto cambio?
En nuestros comienzos, empezó a desaparecer el vinilo. Ya no se vendían, ocupaban mucho espacio… Sin embargo, la primera referencia que hicimos fue en formato vinilo, ‘Miedo al Miedo’ del grupo Los del Rayo. Después, el primer disco que pegó el taquillazo en número de ventas en formato CD fue nuestra octava referencia, el disco ‘Ekaitzaren Garrasia’ de Urtz. Fue el primer disco que llevamos a la feria de Durango y notamos que el mercado vasco iba adelantado al mercado español. Allí todavía ni siquiera se vendían CDs y aquí, durante esas navidades, notamos que el CD era un bombazo para la gente más joven. Después, todo ha sido una montaña rusa de subidas, bajadas, desapariciones… Con la revolución digital tuvimos que aprender de cero como ahora con todo lo relacionado con la Inteligencia Artificial. Cada cambio exige tener que transformar todos los sistemas de distribución, de comercialización y dar el paso a lo digital. Ha sido un proceso de aprendizaje continuo.
Kortatu, Su Ta Gar, Hertzainak, Berri Txarrak, Ken 7, habéis trabajado con muchos grupos importantes del panorama musical vasco, ¿alguno os ha marcado especialmente?
Hemos trabajado con muchísimos grupos y algunos de ellos te dejan mucha marca por diversas circunstancias. Por ejemplo, por la muerte del grupo, por alguno de sus componentes o por su vida completamente loca, como es el caso de Cojón Prieto y Los Guajalotes. Si nos juntáramos todos los de Gor y empezáramos a contar anécdotas, el grupo del que más historias saldrían serían ellos. Nos marcó porque los tuvimos cerca, eran de Pamplona y casi vivíamos y dormíamos con ellos. Berri Txarrak, por su parte, fue un grupo que empezó con nosotros desde el principio de su trayectoria y más tarde Gorka Urbizu trabajó en Gor Diskak unos cuantos años. No me quiero olvidar tampoco de Bizardunak, La Polla Records o Hertzainak, por la familiaridad que hemos tenido con todos. Tendría que mencionar a muchos, la verdad, y no pararía.
¿Destacarías algún momento concreto como el mejor de vuestra trayectoria?
Ha habido muchas fechas marcadas en el calendario. Por ejemplo, hemos recibido varios premios, como el homenaje a los 40 años de trayectoria a Marino Goñi por parte de MIE hace cuatro años, junto a Aurora Beltrán y Ángel Azkarraga ‘Matxitxa’. Fue un momento importante. También han sido destacadas las fiestas de aniversario que hemos solido organizar cada cinco años en los que llamábamos a grupos para que tocaran y participaran en ellas y tenían muy buena acogida.
En 32 años habéis trabajado con muchos grupos, imagino que os habrán surgido miles de anécdotas.
El otro día me acordaba, de una con Kojón Prieto y los Huajolotes en Barcelona. Teníamos una entrevista en una radio local de Cerdayola del Vallés y el taxista conocía Barcelona, pero no los pueblos de alrededor y no sabía el camino. Al taxista no se le ocurre otra cosa que parar a un policía municipal a la entrada de Cerdayola del Vallés y decirle, ‘¿Oye, para ir a esta dirección?’. De pronto, aparecieron dos policías municipales en moto delante nuestro indicándonos el camino. No parábamos de reírnos porque parecía como si llegara el presidente de los Estados Unidos con dos motoristas delante y las luces dadas. Cosas que pasaban con con Kojón Prieto y los Huajolotes sin querer.
El motivo de vuestra despedida es la jubilación. ¿Siendo una empresa familiar las nuevas generaciones no se han animado a daros el relevo?
Hemos estado tanteando a gente. Buscábamos jóvenes que pudieran darle continuidad al proyecto con un espíritu nuevo y adaptarlo a la realidad actual, pero nadie se ha animado. Creo que sienten que es demasiada tarea o demasiado lío. Nuestra empresa ha sido una empresa de 360 grados que abarca la distribución, traducción, promoción… Hemos hecho tantas cosas que, atender y hacerse cargo de todo, es muy complicado. Se tienen que aprender, conocer y controlar muchos ámbitos del sector. Lo mismo envías un paquete que realizas una entrevista. Creo que esta empresa les parecía demasiada responsabilidad y se asustaban.
¿Cuáles son los retos que deber afrontar la industria musical a corto plazo?
Creo que el reto principal es el de siempre, la revolución tecnológica. El sector exige estar a la última de los cambios en todo momento. Por ejemplo, con el nuevo mundo de la Inteligencia Artificial. A pesar de ello, realmente una canción sigue siendo una letra y una melodía. Hemos sofisticado tanto esta realidad que, al final, lo sencillo es lo que manda. Una chica o un chico con una guitarra en un espacio sencillo puede llamar la atención de la misma manera que llamaba hace veinte o treinta años. Lo importante es que la letra y la melodía estén bien, y guste a la gente. Tengo la sensación de que lo hemos complicado todo. La música tiene una parte de poesía y una parte melódica. Si eres un genio juntando palabras, llamarás la atención. La gente cree que la música va más por el terreno de la melodía y la tecnología, pero a veces lo más difícil en esencia es un buen texto, un texto ingenioso.
Cuál es vuestro plan de cara a futuro ¿seguiréis vinculados a la música de alguna manera?
Siempre hemos sido una familia musical. Lo que sucede es que muchas veces, el hecho de trabajar en el negocio te hace perder un poco la frescura de la música. Vuelven las ganas de escuchar canciones y consumir estilos diferentes que sorprenden por estar alejados de los géneros con los que trabajábamos. Por ejemplo, me encanta la emisora de radio Bossa Nova Radio de Río de Janeiro. Fíjate qué lejos está de la música que hemos hecho nosotros. Es cierto que en este aspecto hemos tenido la mente siempre muy abierta. Cuando hacíamos discos diferentes a los estilos anteriores como Hemendik At o Los Ganglios y la gente nos decía ‘¿Cómo grabáis vosotros esto?’ respondíamos, ‘Por que está bien’. Siempre hemos querido innovar y salir de lo que hacíamos habitualmente.